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“Ay, mi espalda”: El sexo de los treintones

Leticia Hernández
5 min readAug 27, 2022

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“Espera, espera, ¡me dio un calambre!”, fue la frase que exclamé un día mientras hacía sexting y solo me estiré para conectar mi celular. Aunque pude continuar después, consideré este evento como el desbloqueo definitivo de mi calidad de señora y la señal de que los 30s vienen con todo, hasta para joder la sexualidad.

Reflexionando, recordé que antes de esto ya me había lastimado la espalda un día en que S, mi amigovio de toda la vida, me lo estaba dejando ir como metralleta. Tras el sexo, me sentí como “La maldita lisiada” y anduve chueca varios días debido a la potencia que recibí en la zona lumbar.

Lo anterior es señal inequívoca de que, como diría mi abuela: “ya no me cuezo al primer hervor”. Los entrañables 20s se han acabado y con ellos parte del cuerpo contorsionista o de muñeca inflable que aguantaba cualquier posición por más extraña que fuese, así como los constantes embistes de los vatos que piensan que el “mete-saca 3000” es lo mejor del mundo (gran error).

Sin embargo, creo que no todo está perdido. No hay nada que una buena sobada con Mariguanol no componga ni cuerpo que no pueda ser más resistente a base de puro ejercicio.

Además, también hay cosas que estas cuestiones corpóreas me han hecho pensar. Durante mis primeros 20s, no dejaba ir a uno vivo. Donde ponía el ojo, ponía la…

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Leticia Hernández
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Written by Leticia Hernández

Rebelde por naturaleza. Estudié periodismo, hice un doctorado, horneo galletitas y, a veces, me peino para dar clases.

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